A sus 20 años, el suizo Thomas Meyer imaginó un futuro en el que las personas pudieran vestirse de forma diferente, con prendas que provocaran emociones positivas y que estuvieran al alcance de mucha gente.
A sus 20 años, el suizo Thomas Meyer imaginó un futuro en el que las personas pudieran vestirse de forma diferente, con prendas que provocaran emociones positivas y que estuvieran al alcance de mucha gente.